Este fin de semana vuelven a bajar las temperaturas y yo no hago más que acordarme de muchas novias que nos siguen en el blog y que se casan esta semana. Pero no creáis que pienso en ellas porque esté preocupada por si llueve o nieva el día de su boda, todo lo contrario, pienso en el dicho ‘Año de nieves, año de bienes’ y en lo feliz que sería yo casándome bajo una lluvia de nieve. El pasado fin de semana fue San Blas y se celebraron las fiestas de invierno en el pueblecito soriano del que procede mi familia y recordé que una tía mía se casó allí en esa fecha, yo tendría unos 5 ó 6 años y fui una de las sobrinas que le llevó la cola. Todavía recuerdo cómo nevaba y lo bonito que estaba todo tan blanco, la casa de mis abuelos, los árboles del camino, la fuente de la plaza, el río… Mi tía estaba feliz y los que la acompañábamos disfrutamos muchísimo ese día. Por eso pienso que casarse en invierno tiene un encanto especial y favorece un ambiente imposible de recrear en una boda de verano. Sé que todavía muchos piensan que es mejor casarse bajo los rayos del sol pero hay que saber sacar partido a las inclemencias del tiempo y disfrutarlas. La boda de hoy es un claro ejemplo de lo que os digo. Si observáis en detalle las imágenes veréis que en la mayoría de ellas la novia y sus damas de honor tienen la piel de gallina y no es de extrañar, porque además de nieve hacía bastante viento pero en ningún momento pierden la sonrisa y las imágenes de los novios bajo la nieve son tremendamente románticas. Estoy segura de que, a pesar del frío, el resultado final mereció la pena y probablemente recordarán siempre esa sensación del frío rozando su piel mientras miles de copos eran testigos de su felicidad. Novias de invierno… Espero que lo disfrutéis!

Vídeo: Digital Memorys Video Production

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