Recuerdo que una de las cosas que más me preocupaba cuando organicé mi boda era el regalo que iba a dar a los invitados. Curiosamente suele ser algo que la mayoría de los novios dejan para el último momento pero yo fue lo primero que compré. Me preocupaba mucho porque cada vez que pensaba en ello me venía a la mente un armario del comedor de casa de mis padres que estaba lleno de regalos inútiles de bodas pasadas, cosas que no tenían utilidad práctica, algunas incluso de dudosa estética, con nombres grabados de parejas a las que ya casi ni recordaba. Yo soy partidaria de que los regalos de bodas sean prácticos y que o bien se usen o bien puedan servir para recordar siempre a los novios sin necesidad de que sus nombres ni fecha de boda estén presentes eternamente. Por suerte, cada vez se da más importancia no sólo al regalo sino a la forma de presentarlo, aunque aquí corremos el riesgo contrario de que el packaging sea tan atractivo que dé pena desenvolver el regalo y usarlo, también me ha pasado alguna vez pero hay que superar ese primer paso si no queremos acabar guardándolo todo. Todo esto viene a que a veces algo muy sencillo puede resultar de lo más práctico y diferente y si encima podemos hacerlo nosotros mismos pues mucho mejor, ya sabéis que yo doy mucha importancia a todo lo handmade y el regalo para vuestros invitados puede ser la ocasión perfecta para demostrar vuestras habilidades. Os propongo algo muy fácil que no había visto nunca y que me ha parecido una idea súper original, se trata de hacer azúcar de distintos sabores para tomar con infusiones, hacer pasteles o bizcochos, animar los cócteles o incluso para el momento del café. Para su realización podéis hacer tantas combinaciones como os permita vuestra imaginación, ya que consiste en mezclar sabores y especias con azúcar granulada. Además, en este caso, la presentación es muy importante ya que colocándola en unos pequeños recipientes de cristal adornados con cuerda de yute y frutas o flores secas puede quedar muy bonito.

Vais a necesitar: azúcar granulada, tarritos de cristal con tapa hermética y especias o frutas como el limón, la canela, anís, vainilla, lavanda, frambuesa…

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Pasos a seguir:

1. Coger la fruta o el complemento escogido y dejarlo al aire libre durante toda la noche para que se seque.

2. Rallar la fruta o la especia y mezclarla con el azúcar, introduciéndolo todo en el recipiente de vidrio. Colocar en la parte superior, a modo de decoración, trocitos más grandes de fruta o especias y cerrar el recipiente herméticamente.

3. Dejar reposar al menos durante una semana antes de su utilización.

4. Decorar el recipiente.

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Para que os animéis, os dejo con varios ejemplos.

Azúcar con pimienta de Jamaica, anís estrellado y cardamomo. Ideal para acompañar una buena taza de café.

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Azúcar con menta y limón. Perfecta para la elaboración de una crêpe dulce.

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Azúcar de vainilla y rosas. Para disfrutarla con una crema de frambuesas.

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Y así es cómo podría quedar la presentación del regalo, aunque yo cubriría la parte superior con alguna tela de colores para darle un aire más rústico. Espero que os guste.

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Fotografía: Justina Blakeney, Sugar and Charm

 

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