UN ORIGINAL E INESPERADO TRASH THE DRESS novia_pintura_12 A veces la vida nos pone en situaciones difíciles de las que muchas veces creemos que no podremos salir pero qué equivocados estamos, desconocemos la fuerza que podemos llegar a tener hasta que un día el caprichoso destino nos pone a prueba y entonces… hay que reaccionar! Shelby Swink, la protagonista del post de hoy, conoció a su ex novio en la universidad en el año 2011 y tres años después decidieron casarse. Como cualquier novia, Shelby preparó su boda con todo el amor y la ilusión del mundo porque deseaba que ese día fuera absolutamente especial pero cuando apenas quedaban unos días para darse el ‘sí quiero’, su prometido le confesó que no estaba enamorado de ella, que no quería casarse ni pasar el resto de su vida con ella. Para Shelby aquello fue como si le tirasen un jarro de agua fría, una bofetada de realidad que la llevó a un estado de shock en el que no sabía ni qué pensar ni qué hacer ni, por supuesto, cómo reaccionar. Estaba paralizada. Los días siguientes fueron un sin fin de llamadas a los invitados y proveedores para cancelar los servicios contratados para la boda. Algo que no hubiera podido hacer sin la ayuda de su familia y amigas más íntimas, pero ni siquiera ellos sabían qué hacer o cómo actuar cuando llegase el día que se suponía iba a ser el de su boda. Pero Shelby tenía algo muy claro, esa fecha no se iba a convertir en un día de compasión ni de pena, así que la fotógrafa Elizabeth Hoard le propuso la forma perfecta para cerrar ese ciclo: hacer una sesión de fotos destrozando su vestido de novia, pero de forma divertida y colorida, un Trash the Dress diferente. Al principio le pareció una locura pero  después de pensarlo mucho, se dio cuenta de que la sesión sería perfecta para ella. Siempre había soñado que el  1 de noviembre sería un día de diversión y felicidad, rodeada de amigos y familiares, por lo que pidió a sus padres y a sus mejores amigas que la acompañaran en la sesión de fotos. El resultado lo podéis ver en las imágenes, se divirtieron como niños tirándose pintura y destrozando el vestido, su padre incluso llevó puros y champán a la sesión y al final todos rieron y bailaron bajo una lluvia de confetti y serpentinas. Pero lo mejor de todo, más que las risas, el momento o las fotos, fue la liberación que sintió Shelby: ‘Ni siquiera puedo describir lo liberador y catártico de la experiencia. En el momento en que la pintura golpeó mi vestido sentí que estaba liberada de la pena’. Incluso tuvo unas palabras de agradecimiento para su exnovio: ‘Gracias por liberarme de un gran futuro dolor. Gracias por empujarme a darme cuenta de mi propia fuerza. Gracias por enseñarme que nadie puede quitarme la felicidad. Gracias por dejarme ir para que pueda encontrar el verdadero amor. GRACIAS!’. Siempre hay que ver el lado positivo de la vida porque siempre lo tiene, pero hay que buscarlo y a veces no es fácil, es entonces cuando la familia y los amigos vuelven a tomar el papel protagonista. No lo olvidéis.

Fotografía: Elizabeth Hoard

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