Hace unos días, una de vosotras me comentó que su madre, separada desde hace años de su padre, se había enganchado al blog a raíz de la preparación de la boda de su hija. Cada mañana, lo primero que hace en cuanto se levanta es prepararse un café bien calentito y sentarse frente al ordenador a leer un post y soñar entre nuestras páginas pensando cómo sería su boda si la vida le diera una segunda oportunidad. No es la primera vez que alguien me explica algo así y cada vez que lo oigo no puedo evitar en todas esas personas, jóvenes de espíritu y mucho más de corazón y