Seguro que cuando todos pensamos en una boda perfecta nos viene a la mente un espectacular vestido de novia de alta costura, los mejores platos y manjares, un espacio de cuento de hadas, un sol radiante y una temperatura excelente. Pues bien, la boda de Natalia y Brian fue una de esas bodas perfectas, a pesar de que ninguno de esos detalles se cumplieran. Lo que se había planeado como una hermosa ceremonia al aire libre empezó a desdibujarse a medida que el cielo se iba volviendo oscuro y sombrío, la lluvia no se hizo esperar y los invitados tuvieron que refugiarse en una carpa reservada la tarde anterior en
