Cada vez más las novias (y los novios) son conscientes de que el mundo está cambando y, en ocasiones, no precisamente para bien. El calentamiento global, los desechos industriales, el aumento de la producción de plásticos…, todo ello ha ido generando una conciencia colectiva que va en aumento y que apuesta por un mundo mucho más sostenible y ecológico. No es de extrañar que algunas novias empiecen a pensar en llevar el día de su boda un vestido de segunda mano. Una manera de reutilizar una prenda que, en la mayoría de ocasiones, no vuelven a ponerse nunca más. Me parece una idea tan válida como la de querer estrenar