Alexandra y Jared planearon su boda teniendo como punto de partida la relación familiar tan estrecha que ambos tenían con sus progenitores y con el resto de amigos y allegados. Querían que su boda fuese un encuentro familiar, sencillo, bonito y muy cuidado. Para ello eligieron una localización preciosa y muy significativa, se casaron en la parte superior de un cobertizo con vistas al estanque junto al que Alexandra creció, un lugar importante donde ella y Jared suelen ir a menudo. El aperitivo y posterior cena se sirvieron en una granja cercana famosa por su rica comida y sus verdes prados. En la decoración predominan las flores, los elementos rústicos