No es que sea una gran fan de los tatuajes pero sí me gustan si son discretos o tienen un significado especial para la persona que los lleva. De hecho, cuando fui mamá por primera vez el regalo que le pedí a mi marido para el Día de la Madre fue precisamente un tatuaje que vi en la portada de una revista de moda y del que me enamoré perdidamente. Era una sencilla luna pero situada estratégicamente en el empeine de un pie descalzo que parecía descansar sobre la arena de una playa, cuando lo vi supe que era el diseño perfecto para mí, al menos para empezar… La idea