Siempre he vivido en una ciudad mediterránea y si os he de ser sincera es algo que me encanta, aunque mis raíces provengan de tierras áridas. La visión del mar siempre me ha producido una sensación contradictoria, por una parte me da respeto, incluso algo de miedo cuando está embravecido y, por otra, me inunda de una profunda calma cuando permanece prácticamente inmóvil con la firme visión del horizonte. Todo lo que respire aroma mediterráneo me inspira por eso hoy os quiero proponer un detalle para que incorporéis en vuestra boda y le deis ese aire especial tan propio de las tierras bañadas por el mar: el olivo. Un árbol