Entrañable, divertida, emotiva y sorprendente son los adjetivos que definen la no-boda de Elisabet y Albert y es que no podíamos empezar esta nueva temporada tras las vacaciones estivales con una boda mejor. Ver cada una de sus fotos es recordar el verano en el pueblo, ese de nuestra infancia que todos tenemos guardado en la retina y en el corazón, ese lugar especial en el que descubrimos y vivimos tantas  cosas y que nos acompañó en nuestro paso de la infancia a la adolescencia y, que para los más afortunados, todavía sigue presente. Yo soy de estos últimos, cada verano, aunque sea por un corto espacio de tiempo, vuelvo