Se han convertido en una nueva tendencia en cuanto a postres de boda y ofrecen la posibilidad de que cada invitado pueda tener una mini réplica del pastel de boda de los novios en su plato. Hace años, cuando me invitaban a una boda y llegaba el momento del pastel, siempre acababa pensando lo mismo ‘el trozo de tarta que me había tocado, ¿pertenecería realmente al pastel de los novios?’. Muchas veces incluso deseaba que me tocase una parte concreta del pastel, la que llevaba la mariposa glaseada o el lado de las cerezas en almíbar, pero esa parte parecía no existir en el momento del servicio de los postres.