Disfrutar de un paseo al atardecer en medio del bosque, saborear un delicioso pastel casero recién horneado, observar cómo mama un pequeño potro recién nacido, desayunar unos tomates recién cogidos del huerto, tener una conversación agradable con un pastor… así es exactamente cómo imagino mi futuro y así es cómo se presenta uno de los espacios más bonitos que he conocido últimamente, la Garriga de Castelladral, una masía restaurada construida sobre las ruinas de una pequeña edificación medieval del siglo XV. La masía está situada en la comarca catalana del Bages y pisar su suelo de barro cocido o cruzar sus paredes de piedra hace que te transportes a una