Siempre que alguien me pregunta qué indispensable no puede faltar en una boda acabo diciendo lo mismo: unas buenas fotos y un buen vídeo. Muchas veces los novios dejan para el último momento la búsqueda de fotógrafo o de videógrafo y creo que es un error porque se pueden encontrar con la desagradable sorpresa de que el profesional por el que finalmente se han decidido ya tiene la fecha reservada y es entonces cuando aparece la desesperación. Creedme, sé de qué os hablo. Si algo no hice bien el día de mi boda fue confiar la grabación del vídeo a una empresa que no me convencía, menos mal que anticipándome