No sé qué tienen las bodas gallegas que todavía no he visto una que no me guste. Quizás sea el carácter regio de la gente del norte, el misterio de sus paisajes, sus frondosos bosques, el azul de sus playas o el porte y la elegancia de sus gentes o quizás sea todo eso a la vez, probablemente. El caso es que con la boda de hoy he vuelto a disfrutar porque es otra boda de las que considero especiales. La sonrisa permanente de la novia me ha capturado desde el principio, transmitiéndome en todo momento eso que siempre busco cuando publico una boda, la Felicidad (con mayúsculas). Goretti y