Lo que sucedió entre Erin y Jack tras su primera cita en Figaro, un acogedor bistró francés de Los Ángeles, fue amor a primera vista. Un año después, la fiesta de cumpleaños de Erin se convirtió por sorpresa en una fiesta de compromiso sin ella saberlo. Como cuenta  Jack, ‘los dos somos muy dramáticos y cualquier excusa es buena para convertir una fiesta en una sesión de fotos’, no en vano él es modelo y actor y ella maquilladora. Cuando veáis el reportaje, seguro que pensaréis que más que una boda es un editorial para una revista de novias pero no, se trata de una boda auténtica y real, una