Cuando vi el vídeo de la boda de Simone y Greg me pareció un soplo de aire fresco. La música, suave y tranquila te transporta a un estado de calma que hace que no puedas dejar de mirar y de escuchar. Los novios reflejan también esa placidez propia de su personalidad y que trasladan a todos los momentos de la boda. Una paleta de colores limpios y minimalistas, como el marfil o el verde salvia junto a detalles metálicos rodean el ambiente rústico y orgánico de la bodega de piedra en la que se casaron. Para su día más especial Simone se decantó por una creación de la diseñadora sudafricana