Además de las bodas, otra de las cosas que me apasiona es la decoración. Por eso me alegra comprobar que cada vez más ésta empieza a formar parte del mundo nupcial, tomando cada vez más importancia a la hora de planificar una boda. Atrás quedó la época de los fríos e impersonales salones de hotel para celebrar el día más importante de tu vida, y no es que la gente ya no se case en los hoteles, sino que estos también cada vez más apuestan por una imagen cuidada y personal, algunos incluso hasta permiten cambios decorativos a los novios. Hace unos años la decoración era algo que ‘venía dado’