No me canso de decir que las bodas de otoño cada vez me gustan más y es que hay colores que son imposibles de conseguir en verano, sobre todo a ciertas horas y con una temperatura determinada y esa es una de las cosas que las hacen tan especiales. En el post de hoy os hablo de una de ellas celebrada en un sitio precioso, una antigua casa de campo catalana de principios del s.XVI, rodeada de bosque y de unos maravillosos jardines centenarios, la Masía Egara. Es una boda de otoño en la que reinó la sencillez y el buen gusto, una de esas bodas en las que se