Normalmente cuando pensamos en una boda de invierno siempre imaginamos un espacio cubierto, de interior, protegido de las inclemencias del tiempo, pero con las altas temperaturas que está registrando nuestro país en los últimos años, la posibilidad de celebrar una boda de invierno al aire libre cada vez se hace más factible. Yo soy una enamorada de ellas y además, de las que apuestan por celebrarlas al aire libre, siempre que se tomen las precauciones adecuadas y que puedan combinarse ambos paisajes, tanto los de interior como los de exterior. ¿Os imagináis una ceremonia en la base de una montaña nevada? ¿O un aperitivo bajo la copa de un gran