La verdad es que los cactus nunca han sido de mis plantas preferidas, más bien al contrario, no les acababa de ver su atractivo pero de un tiempo a esta parte he de reconocer que empiezan a gustarme y mucho. Quizás es porque no dejo de ver bodas o decoraciones inspiradas en ellos, haciéndoles protagonistas de centros de mesa diferentes, ceremonias llamativas, invitaciones coloristas o buffets con reminiscencias mexicanas. Parte de su éxito emergente se lo deben también a las bodas de tendencia slow y minimal, ya que según cómo se combinen pueden causar un efecto totalmente inverso. Quizás una de las ideas que más me gusta  y que os