La boda de Marina y Pierre-Alexandre es una de esas bodas tan intensas y divertidas que no quieres que acaben nunca, por eso duró…  ¡cuatro días! Empezó con una cena un viernes por la noche y finalizó el lunes con un brunch de despedida. He decidido dividirla en dos partes porque el material que recibí es tan grande y tan bonito que me gustaría poder compartir con vosotros el máximo de fotos, así que el próximo viernes publicaré la segunda parte de esta increíble boda de la que no os podéis perder detalle. Porque si algo no le falta a esta boda es precisamente eso, detalles. Me gustan los novios