Siempre os digo que para casarse lo único que realmente importa es el amor. Sí, ya sé que a todos nos encantaría celebrar la boda de nuestros sueños, rodeados de toda la familia y de muchísimos amigos, pero sin la base fundamental, por mucha celebración que hagamos el recuerdo nunca será el mismo y, al final, lo que queda de una boda siempre es el recuerdo. A lo largo de mi vida he podido asistir a muchas bodas pero de todas ellas, las que más recuerdo son las que en la mirada de los novios se respiraba ese amor profundo. Dicen que en época de crisis se agudiza el ingenio y tienen razón, no debéis renunciar a vuestra boda por falta de dinero, al contrario, es el momento perfecto para que hagáis una boda DIY, os costará más hacerla y os dará más trabajo, eso seguro, pero os garantizo que el resultado merece la pena y que al final habréis disfrutado los preparativos con mucha más intensidad. La boda que hoy os traigo es una boda sencilla, llena de detalles simples pero que dan ese toque de originalidad a la celebración. Me recuerda a esas comidas de domingo que hacíamos toda la familia hace muchos años en el campo. Como eje central destaca el camión de comida, un recurso muy de moda en Estados Unidos que da la posibilidad de organizar cualquier tipo de celebración al aire libre sin necesidad de montaje de cocinas. De menú low-cost podéis servir hamburguesas gourmet con patatas fritas y ¿habéis visto qué idea más chic de presentar una cerveza? Tan simple como meter la lata de cerveza dentro de una bolsa de papel bonita y con una rodaja de limón en la superficie. Otro detalle que me ha encantado ha sido los vestidos de los amigos, tanto los de aire hippie de ellas como los de estilo más vintage de los chicos. Ya veis que con mucha imaginación y poco dinero, vuestro día B puede llegar a convertirse en un recuerdo muy especial.
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Fotografía: Joielala Photographie