Noa & Álvaro: boda en el jardín

La boda de Noa y Álvaro es una de esas bodas familiares, caseras y por ello, muy auténticas. Una boda al aire libre, celebrada en el jardín de su propia casa, junto a su huerto, su gallinero y sus animalitos. Detalles en los que Karen, la wedding planner de Bodas Deluxe, se basó para desarrollar toda la decoración. Hubo más de un protagonista en la boda, los primeros los novios como es lógico pero también sus perros Otto y Stich, que no quisieron perderse el acontecimiento y se vistieron para la ocasión luciendo sendas pajaritas. También destacaron las mejores amigas de Noa, sus damas de honor, luciendo el mismo vestido combinado con distintos complementos y con ramilletes a juego con el bouquet de la novia, un ramo de flores que no parecen flores, como quiso Noa y que Urban Plant supo interpretar a la perfección confeccionándolo con pequeños pimientos amarillos (paprika), solidago y plantas crasas, combinadas con otras flores más convencionales en diferentes tonos de rosa. El sobrino de Noa fue el encargado de llevar los anillos,  colocados en un bastidor con tela de encaje rescatada de la tienda de telas que hace años había sido propiedad de la madre de la novia. A medida que los invitados iban llegando a la boda, se encontraban en la entrada de la ceremonia con un bodegón de pequeñas bolsitas de papel kraft que contenían maíz duro, del que usan los novios para alimentar a sus gallinas, para que los invitados se lo arrojaran al final de la ceremonia y un kit de supervivencia, el regalo que los novios habían preparado para sus invitados. También había unos pay-pay diseñados por los mismos novios que incluían por un lado un programa resumen de toda la boda, y por el otro un cruci-boda que los invitados tenían que resolver. Una vez resuelto salía una palabra, el primero en entregar su cruci-boda completo, con la palabra correcta, tenía premio. Éxito total tuvo el puesto de limonada, con dispensadores de estética vintage y pequeñas botellitas decoradas con blondas y cuerda rústica. La ceremonia se decoró con balas de paja cubiertas por telas, que también se utilizaron para decorar la fuente que hizo de altar, situada frente a unos troncos donde se sentaron los novios. Tras la ceremonia, los novios huyeron a bordo de su Vespa para hacerse unas fotos y al regresar se encontraron con un pequeño concierto sorpresa preparado por el grupo musical del primo de Noa, que hace versiones de los Beatles. Fue un momento muy especial. Tras la sorpresa tuvo lugar la cena-barbacoa en un pinar iluminado con guirnaldas de bombillas y decorado con fotos de boda de todos los invitados ya casados y de algunos miembros de la familia. Los centros de mesa siguieron la línea decorativa inicial, por lo que se confeccionaron con hueveras antiguas e incluso con cáscaras de huevo de las propias gallinas de los novios. Oh Fleurs! se encargó de toda la decoración floral realizando un trabajo espectacular. A la hora del baile los novios sorprendieron a todos realizando el playback de Mouline Rouge Elephant love medley, que habían traducido al español y grabado con sus propias voces. Y ya de madrugada, llegó la sorpresa final, una auténtica churrería entró en el jardín de Noa y Álvaro y se puso a hacer churros con chocolate para todos los invitados. La mejor manera de acabar una boda tan auténtica, ¿no os parece?

Fotografía: Ana y Miguel / Wedding planner: Bodas Deluxe

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Blog de Bodas - Cristina Lázaro:
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