La tendencia en alza de las bodas verdes, eco, sencillas y naturales ha hecho resurgir la presencia de la paniculata como elemento destacado tanto en decoración de boda como en ramos de novia y complementos, ya que su principal atractivo reside en la simplicidad y sencillez de su flor, de ahí que popularmente se la conozca como ‘velo de novia’. Su versatilidad la hace perfecta en cualquier tipo y estilo de boda, bien sea sola o acompañada de otras especies más llamativas como rosas, ranúnculos o peonías, que le aportarán color y atractivo y aunque florece en verano, en algunas regiones suele cultivarse durante todo el año, excepto en invierno, dada su sensibilidad a las bajas temperaturas. Inicialmente la paniculata se utilizaba en floristería sólo como complemento pero en los últimos años su protagonismo ha ido creciendo hasta brillar con luz propia. En decoración queda ideal en cualquier espacio, bien sea decorando el arco de la ceremonia o las sillas de los invitados, un sencillo cucurucho con paniculata colgado de cada silla es perfecto para enmarcar el pasillo de los novios, también puede utilizarse como camino central de mesa o en pequeños recipientes de cristal colgados a diferentes alturas y acompañados de sencillas velas de té. En cuanto al ramo de novia, no hay bouquet más sencillo que un modesto ramo de paniculata pero como ya he dicho anteriormente podemos dotarlo de mayor presencia y color añadiendo otras especies de más tamaño. La paniculata también se utiliza mucho como complemento en peluquería, sobre todo en bodas campestres y en peinados naturales, las damitas o incluso la propia novia estarán perfectas con una pequeña corona de paniculata pero si no queremos darle tanto protagonismo podemos utilizarla únicamente como ligero toque decorativo de un sencillo recogido.

Fotografía: Deer Pearl Flowers, Elizabeth Anne Designs, Elegant Wedding Invites, Lissa Alexandra Photography, From the Hip, Style and the Bride