‘Sigo tu blog desde antes de prometerme y has sido pura inspiración’. Así empezaba el mail de María cuando decidió enviarme las fotos de su boda. Para mí, después de casi 12 años escribiendo en el blog, esa es la frase que hace que seguir inspirando a las novias sea mi mayor satisfacción. Gracias de corazón, a María y a todas las novias que habéis sido fieles a UBO todos estos años.

Y tras este breve inciso, paso a relataros la historia de María. El pasado mes de octubre María y Rubén se daban el ‘sí quiero’ tras prometerse dos años antes en la Toscana y haber tenido que aplazar su boda un año a causa de la pandemia. Aunque ambos son de Vitoria-Gasteiz, el enlace se celebró en el Monasterio del Espino, situado en Santa Gadea del Cid, una antigua edificación del siglo XV declarada Bien de Interés Cultural, situada en plena naturaleza y con una impresionante arquitectura gótica.

María lució un precioso diseño de Lucía de Miguel, una confección de líneas rectas y sencillas que alargaban su figura provocando el efecto visual de dos vestidos. Sobre el vestido base se colocó una chaquetilla de hombreras finas, atada por detrás con un nudo que caía dejando ver la espalda abierta con forma de pico. También lució una mantilla muy especial, la misma que su madrina llevó el día de su propia boda y que llevaron en su día otras novias de la familia, sujeta por un broche familiar discreto y precioso de su bisabuela materna. Los pendientes eran de su otra abuela, la materna. Fue la manera que tuvo María de sentir que estaba con ella ese día tan bonito. Rubén vistió un chaqué de Sastrería Madariaga con un prendido que María le dejó junto a una nota en su habitación y unos gemelos del abuelo materno de la novia, un detalle tremendamente especial para ella.

En cuanto a la decoración, se combinaron los colores del otoño, dando protagonismo al granate. La decoración floral siguió esa misma línea y fue obra de Muscari, floristas de Vitoria-Gasteiz que confeccionaron desde el maravilloso arco de entrada a la capilla, los centros florales de las mesas hasta el ramo de María, un bouquet romántico y delicado lleno de colorido otoñal.

La celebración fue religiosa pero no al uso, muy dinámica y emotiva gracias al padre Koldo de la Parroquia Santa Clara de Vitoria-Gasteiz. A la salida de la iglesia los novios fueron sorprendidos por un aurresku, el baile regional típico de su tierra, junto a una lluvia de pétalos y confetti. A pesar de que la celebración tuvo lugar en Burgos, todo en la boda respiraba la esencia vasca de Vitoria.

Tras la sesión de fotos tuvo lugar el cóctel, amenizado por un grupo de música en directo y el posterior banquete, en el que hubo muchos momentos emotivos, agradecimientos y discursos familiares, incluso llegaron a cantar el Zorionak Zuri a la abuela de Rubén que ese mismo día cumplía 88 años.

Una vez acabado el banquete, los novios y sus invitados se dirigieron al claustro, donde disfrutaron de unos impresionantes fuegos artificiales para, posteriormente, dirigirse a la zona del baile ubicada al aire libre e iluminada por cientos de luces de verbena. La fiesta se alargó hasta las seis de la mañana, acabando a ritmo de Flying Free con todos los invitados abrazados y empapados por la lluvia que empezaba a caer. Como dijo la propia María, un final épico que seguro recordarán el resto de su vida.

Novia: @mgarciasalazar / Novio: @rsastre.sedano / Vestido novia: @luciademigueldesign / Zapatos: @justeneshoes / Tocado baile: @marsala_tocados / Maquillaje: @yaizalozanomakeup / Peluquería: Sanson y Dalila Vitoria-Gasteiz
Traje Novio: Sastrería Madariaga / Colonias novios, geles hidroalcohólicos de agua blanca de Vitoria y colonia para los baños de espliego: @perfuibarrondo / Flores: @muscari_floristas / Alianzas: @joyeriasuarez / Música ceremonia: @trioportamento / Grupo música: @lareperamusic / Aurresku: @j.azaola / Espacio: @monasteriodelespino / Vídeo: @wearewhitepenguin / Fotografía: @heartmade_weddings / Invitaciones: @creatifex / Fotomatón: @fotomatonsantander