Hace tiempo que no os comparto una receta y ya sabéis que, aunque la cocina no es lo mío, me encantan las recetas sencillas que no requieren de excesivos ingredientes y son fáciles de hacer. Siempre intento aplicarlas al ámbito de las bodas bien para que las hagáis como detalle para vuestros invitados o para que las incorporéis en algún momento del banquete, del aperitivo o de la recena. La receta de hoy es perfecta para cualquiera de las anteriores opciones, se trata de elaborar galletas de mantequilla ligeramente endulzadas con un toque de limón y lavanda. Es una receta muy dulce y delicada y, como podréis comprobar si seguís todos los pasos al pie de la letra, veréis que además de estar deliciosas son tan bonitas que os resistiréis a probarlas. Vais a necesitar:  ¾ taza de azúcar granulada, 2-3 cucharaditas de lavanda seca, 1 cucharada de ralladura de limón, 2 barras de mantequilla con sal (a temperatura ambiente), 1 cucharadita de extracto de vainilla, 2 ½ tazas de harina, ½ cucharadita de sal kosher, 1 clara de huevo, flores comestibles (pensamientos, lavanda, dalias y manzanilla).

Pasos a seguir:

1.Primero hay que hacer el azúcar de lavanda. Para ello, agregar la lavanda a un procesador de alimentos y presionar hasta que esté finamente picada (también se puede hacer con un mortero). Agregar el azúcar y la ralladura de limón, presionar para combinar.

2. En un tazón grande, mezclar la mantequilla, 1/2 taza de azúcar de lavanda y la vainilla hasta que esté suave y esponjosa, aproximadamente 3-5 minutos. Agregar la harina y la sal. Batir hasta que se combinen y la masa comience a formar una bola. Si la masa se desmorona, agregar 1-2 cucharadas de leche o agua hasta que la masa se una.

3. Estirar la masa entre 2 hojas de papel vegetal ligeramente enharinado hasta que tenga un grosor de unos 5 cms. Usar suficiente harina para que la masa no se pegue. Cortar las galletas con un cortador de galletas circular o en cuadrados de tamaño similar. Colocar con cuidado las galletas en una bandeja para hornear forrada de papel vegetal, cubrirla con una envoltura de plástico y colocarla en el congelador. Congelar hasta que esté firme, aproximadamente unos 10 minutos. 

4. Precalentar el horno a 325 grados. Pintar cada galleta con clara de huevo batida y a continuación espolvorear con el resto del azúcar de lavanda. Si usáis flores comestibles, empujadlas suavemente en cada galleta para que se adhieran. Hornear las galletas en la rejilla del medio del horno durante 12-14 minutos o hasta que estén ligeramente doradas en los bordes. Dejar enfriar en la bandeja para hornear durante 5 minutos, luego pasarla a una rejilla de alambre para enfriar por completo.

Es importante tener en cuenta que a medida que la galleta se hornea, las flores se marchitarán un poco y perderán color. Pero a mí la verdad es que me encanta ese aspecto ‘vintage, como envejecido que le dan las flores a las galletas. Y otra cosa que debéis saber si queréis regalarlas a vuestros invitados como detalle de boda es que se mantienen perfectas durante unos 4 días en un recipiente hermético.

Así que como veis, no puede haber una receta más sencilla, fácil y bonita. ¿Quién se anima?

Idea y fotografía: Half-Baked Harvest