Abrimos la semana con una decoración de otoño en la que la paleta cromática de tonalidades oscuras y nostálgicas es el centro de atención y en la que destaca como principal protagonista el profundo rojo frambuesa. El escenario elegido, el histórico Castillo de Pasadena (The Castle Green), originario de la época victoriana y uno de los edificios más singulares de la ciudad, cuenta con extensos jardines, un estaque de nenúfares y numerosos caminos rodeados de plantas y vegetación en los que poder disfruar de tranquilos paseos o de una boda al aire libre.

Bajo las ramas de uno de los frondosos árboles del jardín se ha vestido una mesa de madera de aspecto rústico que contrasta con el mobiliario de época tapizado en rosa suave, una combinación de materiales y colores que juega un papel fundamental en toda la decoración.

Una estética dominada por el gran centro de mesa que ocupa toda la parte central y que está compuesto por una exquisita mezcla de flores rosas, dalias y anémonas y frutas de temporada como las moras, las uvas o los higos. Estos últimos representan realeza, nobleza, misterio y sabiduría. Los azules y morados más profundos están asociados con el pensamiento, la espiritualidad y la paz. El rosa delicado es fresco, femenino y romántico y los verdes se asocian con la salud, la renovación, la naturaleza y la abundancia. Un juego cromático ideal pensado para iluminar esas bodas de otoño llenas de nostalgia y romanticismo. Completan la mesa las delicadas copas de cristal tallado junto a los candelabros de oro viejo a juego con la cristalería y los bajo platos dorados. Y, en lugar de mantel, se ha dejado la mesa vista y las servilletas a modo de camino de mesa para restar formalidad a la composición. Espero que os guste…

Fotografía: Art is for Lovers