Esta semana nos dejaba una de las grandes divas del cine americano, la emblemática Liz Taylor moría a los 79 años víctima de un ataque al corazón. Su personalidad arrolladora y apasionada llenó la pantalla desde su primera hasta su última aparición, desprendía sensualidad, encanto, feminidad y algo más importante, solidaridad, ya que en sus últimos años de vida fue una de las grandes activistas en campañas de concienciación sobre el SIDA. La actriz de los ojos violeta tuvo una vida intensa, llena de amores, desamores, alegrías y vicisitudes, pero a pesar de ello nunca perdió ese halo de glamour que la acompañaba. Hoy me gustaría rendirle mi particular homenaje