Mi abuela siempre decía que el pan nunca podía faltar en una mesa a la hora de comer, quizás por eso me gusta tanto. Y creo que, como siempre, tenía razón. Ahora que llevo unos días a dieta creo que es de los alimentos que más me ha costado prescindir y es que a mí el pan me gusta de cualquier tipo, tamaño y gusto, cuanto más variado más divertido: de ajo, de olivas negras, de nueces, de cebolla, de coca… si por mi fuese podría sobrevivir comiendo solamente pan. En una boda el pan también puede convertirse en imprescindible, pero no sólo como parte del menú, también podéis darle