Tu madre siempre te ha dicho que ya va siendo hora de que sientes la cabeza y tú, por mucho que la fecha de tu boda esté cada vez más cerca, no entras en razón. No te preocupes, no es que tengas el síndrome de Peter Pan, lo que te sucede nos pasa a un reducido (o no tan reducido) tanto por ciento de la población que por mucho que pasen los años seguimos riéndonos a carcajadas con las aventuras de Tom y Jerry y soñamos con nubes de caramelo rosa cada vez que pisamos una feria. Pero hasta ese ‘defecto’ podemos utilizarlo en nuestra boda haciendo un guiño a