Ya lo sabéis porque no me canso de decirlo, no sé que tienen los paisajes de otoño que me quedaría horas enteras mirando los árboles, el cielo, las montañas e incluso el suelo, que se tiñe de tonos ocres con la caída de las hojas. Cuando llega esta época me gusta buscar bodas que transmitan esa sensación de calor y melancolía y la que hoy os traigo es una de ellas. Sam y Daves se casaron en la Península de Mornington en Australia, en un lugar precioso rodeado de jardines de lavanda y plantas australianas originarias, de hecho se trata de un laberinto de especies autóctonas por lo que os