Durante la Edad Media, el centro del continente asiático fue cruzado por mercaderes de diversos países a través de la denominada Ruta de las Especias, un camino compartido que acercaba Oriente a Occidente en busca de los condimentos más exóticos. El clavo, la nuez moscada, la canela o la pimienta, se convirtieron en productos tan exclusivos como deseados. Como buena soñadora, la Ruta de las Especias siempre centraba mi atención en las clases de Historia. Cada vez que oía la palabra mercader me imaginaba un mercado repleto de haimas con grandes cuencos de madera y llamativas telas, con mucha gente yendo de un lado para otro y con el inconfundible