A muchas de vosotras quizás esta expresión no les diga nada pero a las que ya hemos pasado la treintena y algo más nos trae recuerdos escolares de una infancia muy dulce y cuando digo dulce no me refiero únicamente a la inocencia de aquellos años sino al tesoro que escondían la mayoría de nuestras carteras escolares: los adorados donuts. Me he dado cuenta de que hay verdaderos fans de los donuts, yo misma me considero uno de ellos, por lo que pienso que sería una buena idea incorporarlos en tu propia boda, ¿por qué no?. Como aperitivo la verdad es que es un poco contundente pero para la recena