Siempre me han gustado las bodas de tarde, creo que al atardecer hay un momento en el que se crea un halo especial en el ambiente, el sol se despide no sin antes regalarnos una de las más impresionantes visiones que, curiosamente, suceden a diario pero que no solemos percibir debido a nuestro ajetreado ritmo de vida. Esa luz especial es perfecta para una boda, por eso Ángela y Oliver decidieron casarse minutos antes de que el sol se marchase y el resultado no pudo ser mejor, como podréis comprobar en el precioso reportaje fotográfico que hoy os muestro. En cuanto vi las fotografías me vino a la mente mi